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“Mi reto es encontrar un trabajo que se adapte a mi realidad familiar”

Raquel Orgillés (Barcelona, 1983) es madre monomarental por elección. Nora, su hija, nació en noviembre de 2019, pocos meses antes de que la pandemia estalles. Después de muchos años trabajando en un negocio propio vinculado a la alimentación, actualmente está en el paro, y muchas la conocen por su perfil en Instagram @blw_receptes.

 

Tuve una infancia complicada. Mis padres se separaron cuando yo tenía 5 años. Y mi madre se quedó sola con dos hijas pequeñas. En casa había muchos problemas económicos. Cuando cumplí 8 años, conocimos a quien ahora es mi padrastro y abuelo de la Nora, con todo lo que esto comporta: cambiar de hogar, de escuela, y de población. Fue una etapa complicada en la que sufrí bullyng durante muchos años. La maternidad hace que se remueva toda la estructura familiar y yo estoy intentando no repetir patrones. Por eso, la terapia ha sido fundamental.

 

¿Cómo y cuando decidiste formar una familia monomarental?

Cuando tenía 35 años acabé con una relación muy tóxica en la que había jugado todas las cartas por el amor. Y volver atrás me hizo pensar que no podría perder tiempo si quería ser madre… Pero, a la vez, no tenía ganas de pensar en relaciones amorosas… Así que me tiré a la piscina.

¿Fue una decisión difícil?

Si, porque era mi última opción. Luché mucho en mis últimas relaciones. Y para mí, formar una familia sin una pareja y sin un enamoramiento (idealizado) me daba mucha pena… Siempre había soñado al formar una familia unida… Pero bien, pasé el luto de hacerlo sola y ahora creo que fue la mejor opción.

¿Por qué vía te quedaste embarazada?

Me hice pruebas para valorar si me hacía una inseminación o iba directa a la fecundación in vitro. En una de las pruebas me vieron que tenía las dos trompas obstruidas, así que tuve que pasar por una extracción de los óvulos (la punción). Me sacaron 16, de los cuales la mitad se fecundaron con el semen del donante. Y de ellos, solo 3 sobrevivieron. Y, por suerte, con la primera transferencia embrionaria Nora se cogió a la vida con una fuerza brutal.

¿Cómo viviste el proceso?

Fue llevar, porque venía de una ruptura y había dejado mi piso por aquella persona. Y lo tenía alquilado a unos estudiantes. Estuve varios meses viviendo en el piso de de alto del dúplex de mis padres. Y, a pesar de que no estaba mal con ellos, buscaba muchos momentos de soledad conmigo misma. Necesitaba digerir todo aquello y pensar en la opción de si no salía bien, qué hacer con mi vida… Una vez embarazada, pude marchar a mi piso. Y recuperar mi espacio. Pero, fue un proceso duro y triste…

¿Tenías alguna referente que, como tú, decidiera ser madre sin pareja?

Conocía madres que va habían decidido salir adelante solas, porque las personas con quienes habían tenido una relación no se querían hacer cargo de las criaturas. Y eché de menos referentes. A pesar de que cuando ya formas parte del mundo monomarental empiezas a conocer a tantas y tantas mujeres que es brutal. ¡Somos muchas!

Foto: Sara Blázquez
Fotos de Sara Blázquez

¿Te sentiste acompañada?

Mi madre me acompañó todas las veces a la clínica. Ella fue un apoyo incondicional en todo el proceso. Con las amistades fue más complicado. Porque cuando decía lo que había decidido, se tomaban la libertad y el derecho de darme su opinión. Y alguna de ellas la perdí en aquel momento, por las formas de pensar diferente y/o por no respetar mi decisión… En general, me sentí muy sola.

Lo que no entraba en tus planes era que, meses después de que naciera la Nora, una pandemia mundial cambiara el mundo. ¿Cómo lo viviste?

Ha sido una de las etapas más duras de mi vida… Psicológicamente luchaba por no tocar fondo. De hecho tuve que pedir ayuda psiquiátrica y aceptar una medicación para llevar las cosas mejor. Estaba sola con Nora que tenía 4 meses. La porteaba la mayoría del tiempo y no dormía más de una hora seguida. Era agotador… Esto, sumado a los problemas laborales y económicos. Y el sufrimiento del momento con el virus y todo… Pues fue un postparto muy-muy duro…

En las redes reivindicas una mejor atención de la salud mental.

Sí, me parece importantísimo. Yo en el confinamiento estuve cerca de tocar fondo. Y ahora ya hace dos años que voy cada 15 días. Lo necesito. No voy a la peluquería, ni me compro ropa, lo invierto en salud mental. Porque, desgraciadamente, vivimos en una sistema que abandona la salud mental.

¿En el día a día, te sientes discriminada por ser familia monomarental?

Si, en muchos momentos. Porque no tengo las mismas ventajas logísticas que una familia con dos progenitores. Aparte de todos los gastos del hogar que los asumo sola… Por ejemplo, uno de mis sueños sería intentar de nuevo ser madre, con los dos embriones que tengo vitrificados. Pero, a pesar de que el Estado dice que falta natalidad, no veo que dé muchas opciones a las mujeres que si que queremos ser madres… Y la gente de mi entorno cuando digo que quiero ser madre de nuevo, me dice que no, que ya soy madre, y que no haga una locura…

Visibilizas vuestra realidad en redes y llegas a muchas mujeres que, seguramente, viven la monomarentalitat en soledad.

Creé el perfil de @blw_receptes durante el confinamiento. Y me encanta. Estar en las redes y tener la tribu virtual que se ha ido formando durante estos casi dos años, es brutal. Y creo que nos ayudamos mutuamente entre madres. Me siento muy afortunada y útil de poder compartir todo lo que puedo. Disfruto mucho de todo lo que hago en Instagram, la lástima es que no me salgan oportunidades laborales.

Para acabar, ¿cuál crees que es el reto de cara al futuro?

Mi reto es encontrar un trabajo que se adapte a mi realidad familiar, a poder ser que me motive y me guste. Y poder ser madre de nuevo. O intentarlo. Solo pido un mínimo de estabilidad y ser feliz.