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“Nacer en una familia monomarental es discriminatorio excepto para las criaturas de jueces i juezas”

Si hay alguien que durante la última década haya luchado por los derechos de las familias y, en concreto, de las familias monoparentales, esa es la abogada de Familia y Violencia de Género Aida Casanova. Es miembro de la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA) y colabora con la Asociación Madres Solteras por Elección. 

¿Cómo y cuando viviste tu primer contacto con la abogacía?

Era demasiado pequeña, desgraciadamente. Conocí las palabras “justicia”, “abogada” o “juez” a raíz del divorcio de mis padres, crecí desde pequeña pensando en cosas como los turnos de las vacaciones. Más adelante, cuando acabé la carrera, me gustaba ir de público a ver juicios y observaba cómo trabajaban los abogados. Se aprende tanto de los que trabajan muy bien como de los que trabajan regular.

¿En qué momento decides ser abogada?

Desde pequeña una parte de mí pensaba en que puede haber profesionales que ayuden a quienes están pasando por un momento de tanta incertidumbre y siempre me había interesado por el Derecho de Familia. Tras la carrera, durante algo más de un par de años decidí opositar a Fiscal, para buscar una mayor estabilidad, pues lo que realmente era importante para mí era estar en los juicios, en una posición o en otra; y es que en los juicios pasan muchas cosas en tan poco tiempo que impactan en la vida de las personas, que es un reto pensar que puedes ayudar a mejorar la vida de las familias. Pero sí, desde pequeña siempre me ha gustado el derecho de familia y he querido formar parte de esto, especialmente como abogada, supongo que pensaba que tal vez podría hacerlo mejor de lo que yo había visto, que tal vez podría ayudar a las familias a vivir el divorcio de otro modo; más respetuoso con la infancia, y acompañarlas, sosteniendo en muchas ocasiones y tratando de encontrar la solución más beneficiosa para los hijos e hijas, que es el que quieren la gran mayoría de madres y padres.

Hace más de una década que te dedicas al Derecho de Familia, ¿sientes que consigues esto que buscabas?

Sin duda, he comprobado que nuestro trabajo ayudar mucho, pero que no todo depende de lo que hagamos los abogados, ni tampoco de lo que intentan hacer las familias. A veces algunos están tan enroscados que no ven el mal que están haciendo, y la otra o el otro tiene que poner límites, a veces la justicia va demasiado lenta para dar soluciones.

Además de mi experiencia como abogada de familia en divorcios, trabajo con familias monoparentales con muchísima dedicación desde 2020. Tuve una niña en 2019, cuando los permisos por nacimiento y adopción ya empezaron a ampliarse para el segundo progenitor. En esa situación, pude cuidar a mi niña durante mi permiso, y a continuación lo hizo su padre; un año después, me di cuenta que había muchos bebés, los de familias monoparentales que no tenían ese derecho. Y una vez más, esa necesidad de centrarme en el bienestar de la infancia por encima de todo fue lo que  me empujó a dedicarme también a esta materia.

Nacer en una familia monoparental en España puede ser discriminatorio para el bebé. ¿Por qué?

Nacer en una familia monoparental en España es discriminatorio para el bebé, excepto si son hijos o hijas de jueces y juezas que sí que tienen derecho al mismo tiempo que las familias de dos progenitores.

¿Cómo?

Sí, tal cual te lo explico. Esto es así desde que el 4 de febrero de 2021 lo decidiera el Consejo General del Poder Judicial. Por ese motivo, en las demandas yo siempre añado un recorte de prensa de el diario Cinco Días con esta noticia, con el objetivo de constatar que si quien tuviera que decidir sobre la acumulación de permisos fuera una familia monoparental si que tendría este beneficio, porque el CGPJ determinó que lo contrario sería discriminar a las familias monoparentales y que por encima de todo está el interés superior del menor. Es perverso que todos y todas los jueces y juezas tengan este derecho y el resto de familias no.

¿Por qué motivo están discriminadas las familias monoparentales en la ley del permiso de curas de los bebés?

Las familias con 2 progenitores tienen 16 semanas cada uno para cuidar a su bebé, es decir, un total de 32 semanas. Las familias monoparentales solo tienen 16 semanas. La ley no especifica nada; este es un problema frecuente porque la ley en general no incluye ni contempla a las familias monoparentales y el Instituto Nacional de la Seguridad Social y muchas administraciones hacen una interpretación restrictiva de sus derechos y solo les permite cuidar de sus bebés 16 semanas, la mitad que al resto de familias.

En cambio, varios tribunales Superiores autonómicos se han posicionado a favor de la acumulación de permiso. De hecho, algunas familias lo han conseguido ¿Cómo se explica?

El primer TSJ que se pronunció a favor de la acumulación de permisos fue el del País Vasco, en octubre de 2020. Después lo hicieron otros como, por ejemplo, el de Galicia, Castilla y León, Islas Baleares, Extremadura, Aragón, Madrid (secciones primera y quinta), y Cataluña (este último ha sido el último al posicionarse a favor de las familias monoparentales de una manera absolutamente contundente y garantista del bienestar de los menores por encima de todo).

 ¿Rechazar la acumulación de permisos, va en contra de la Convención sobre los derechos de las criaturas?

Rechazar la acumulación va en contra de mucha legislación a nivel internacional, europea y constitucional. Va en contra de la Convención de derechos del las criaturas aprobada por Naciones Unidas, va en contra de la Ley de Protección Jurídica de los menores, y, en definitiva, del derecho de todos los niños y niñas a tener el mismos derechos independientemente de la familia en la que han nacido, y va en contra de los principios básicos que nos hemos dado en la interpretación de las normas que té que ver al poner el interés superior del menor como criterio interpretativo primordial en la hora de decidir sobre los asuntos que los afectan.

Va en contra de la Convenio Internacional de todas las formas de discriminación contra las mujeres, y en contra de la ley de igualdad efectiva entre hombres y mujeres entre otras normas, porque recordamos que más de un 85% de las families monoparentales tienen a la mujer coma única progenitora.

Y va en contra, también, de las normas relativas a la protección de los colectivos de especial vulnerabilidad, como han sido así reconocidas las familias monoparentales pero que, aun así no se los da la protección que merecen, que tendría que ser superior al resto, pero tampoco se los da la misma protección, sino que, una vez más, se encuentran con menos derechos que el resto de familias.

Fotos de Pablo Latorre
"Más del 85% de las familias monoparentales está compuesta por mujeres"

¿Cómo se tendría que combatir desde las instituciones estas desigualdades?

Lo primero que necesitamos es una Ley de Familias que de una vez por todas regule de forma expresa el derecho de las familias monoparentales a cuidar de sus criaturas durante el mismo tiempo que lo hacen las familias de dos progenitores, y esto pasa por regular su derecho a acumular en ese único progenitor todas las semanas que tienen el resto. Pero, mientras llega esta ley, necesitamos que las administraciones públicas y, especialmente los Tribunales de Justicia compensen esta desigualdad aceptando el derecho de las familias monoparentales a cuidar de sus criaturas 32 semanas, exactamente igual que el resto de familias. Porque por encima de todo, aquí de lo que hablamos es de la niñez y resulta indignante que todavía se pueda pensar que esas criaturas no merecen el mismo tiempo de cura, afecto, dedicación (y sí, también dinero) si han nacido o han sido adoptados en una familia o en otra. Hoy entendemos que los menores de progenitores no casados tienen que tener exactamente los mismos derechos que los niños y niñas que sus padres o madres se han casado, los mismos, pero pare que todavía se tiene que luchar y explicar que ya no solo hay este tipo de familia y que esas criaturas merecen la misma protección.

El pasado 8 de marzo llegó una sentencia que esperasteis durante tres años, desde 2020. Se trata del posicionamiento del Tribunal Supremo respecto a la acumulación de los permisos que llegó el pasado 8 de marzo. De nuevo, tumbó la acumulación de permisos. ¿Cómo la recibiste?

En octubre de 2020 el TSJPV se pronunció a favor de una familia monoparental, y de una madre que además es abogada, Zuriñe, una luchadora. Fue el Ministerio Fiscal quién lo recurrió al Supremo. Un Ministerio Fiscal que después se ha pronunciado a favor de las familias monoparentales en procedimientos judiciales posteriores pero que no retiró su recurso todo y la contradicción que suponía.

Después de más de dos años esperando, el Supremo publicó el 8 de marzo, día de la mujer, la sentencia en contra de las familias monoparentales. Creo que no fue casualidad que se publicara ese día; más del 85% de las familias monoparentales está compuesta por mujeres, era una declaración de intenciones, sin duda, teniendo en cuenta que judicatura en altas esferas todavía es muy machista. Esta sentencia no contiene una perspectiva de género, ni una perspectiva del interés superior de la infancia como criterio absolutamente primordial, ni tampoco una perspectiva de la monoparentalidad como colectivo necesitado de protección y vulnerabilidad. Y no lo digo solo yo, lo dicen incluso los votos particulares de la propia sentencia del Supremo, uno de la Magistrada Presidenta de la Sala de lo social del TS, y el otro del Magistrado que iba a ser poniente de esta Sentencia antes de que se decidiera votar en contra.

¿Cuál preveés que sean los próximos pasos de los tribunales?

Pues en estos momentos hay una cuestión prejudicial planteada al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) por un juzgado de Sevilla, y una cuestión de inconstitucionalidad planteada por el TSJ de País Vasco al Tribunal Constitucional. También se están presentando ya con los primeros recursos de amparo, siempre de la mano de la Asociación de Madres Solteras por Elección.

La Ley de familias era determinante, con el anticipo de las elecciones generales quedó bloqueada, como otras leyes que marcaban un avance en los derechos de muchas familias. ¿Qué pasa ahora con todo esto?

La Ley de familias efectivamente ha quedado paralizada y metida en un cajón porque faltaba su aprobación por parte del Congreso y del Senado. Esta Ley incluía la consideración de lo que todo el mundo conoce como familias numerosas para aquellas familias monoparentales que tuvieran al menos dos hijos.

En este sentido, pensemos que actualmente una familia de dos progenitores y dos hijos, si uno de los progenitores fallece, el otro que queda viudo/a con sus hijos sí tiene la consideración de familia numerosa, con los beneficios fiscales que ello supone y con la posible pensión de viudedad y orfandad. Esto me parece absolutamente necesario, pero me parece una injusticia que una familia monoparental, sin embargo, en la que también hay un único progenitor y dos hijos, y por supuesto no hay otro tipo de pensiones, no tenga sin embargo la misma consideración jurídica y las mismas posibilidades de ayuda.

La derecha y la extrema derecha están viviendo un momento de auge.  ¿Cómo determina esto en el avance de los derechos de Familia?

La extrema derecha no creo que esté viviendo un momento de auge, así lo constatan los resultados de las elecciones generales del pasado 23 de julio. En la extrema derecha no hay ni una sola medida a favor de otros tipos de familias que no sean la tradicional, ni parejas de hecho, ni por supuesto monoparentales. Tampoco están a favor de algunos de los derechos fundamentales más básicos de muchísimas personas,  y niegan algo tan evidente como la violencia de género, a pesar de que todos los meses hay mujeres asesinadas por hombres. Espero que nunca lleguen a formar parte de un gobierno.